Prehistoria

 

En el Paleolítico, y siempre ligadas a creencias mágico-religiosas, aparecen las primeras manifestaciones artísticas. Muchas de ellas están realizadas sobre piedras o huesos mediante la técnica de la incisión. Aunque las más conocidas y espectaculares son las pinturas ejecutadas sobre las paredes y techos de cuevas o abrigos de montaña. Ejemplos de esta actividad se hallan en el arte rupestre levantino, cuyo núcleo más importante se sitúa en nuestras tierras (Ares, Morella, Benasal).

Durante el lento proceso de neolización el arte se hará más complejo, al igual que las sociedades humanas y sus culturas. La adopción de la agricultura modelará las creencias y ritos religiosos, vinculándolos al ciclo agrícola de nacimiento-muerte-resurrección. Los yacimientos de Cova Fosca (Ares) y Can Ballester (Vall d’Uixó) nos revelan las características socio-económicas, estéticas y religiosas típicas del neolítico valenciano.

Con la edad de los metales (en la península ibérica entre el 4000 y el 800 a.C., aproximadamente), junto al sucesivo empleo del cobre, bronce y hierro, aparece un protourbanismo con construcciones de piedra y una mayor especialización en los cultivos. Las sociedades van adquiriendo una estructura jerárquica y en los ritos funerarios se adopta la cremación además de la inhumación. De este periodo contamos en nuestras comarcas con pocos materiales metálicos, aunque los hallazgos de cerámica común y funeraria, así como de utensilios líticos y óseos, son abundantes.

Vaso campaniforme

Vaso campaniforme