Siglos XVIII-XIX

 

La sociedad valenciana del siglo XVIII experimenta un cierto desarrollo económico que, unido a la tradición cerámica de nuestras tierras, propicia la creación de la Real Fábrica de cerámica de Alcora. Fundada en 1727 a instancias del noveno conde de Aranda, su producción constituye un hito en la historia del arte cerámico, tanto local como continental.

La fábrica castellonense competirá de tú a tú con los mejores talleres de loza fina de Europa, especialmente durante su primera época (1727-1749) en la que contará con los mejores artistas contemporáneos franceses y españoles. Las pastas cerámicas de gran calidad, de tonalidad predominantemente rosácea configuran la base para los estilos ornamentales, con motivos vegetales y figurativos, propios de cada maestro. La decoración es mayormente policroma o en claroscuro azul.

Las piezas fabricadas en Ribesalbes y Onda acusarán irremediablemente la influencia alcorina tanto en la tipología formal como en la decoración, pero su estilo será más tosco y de orientación popular. Iniciado el siglo XIX Ribesalbes aportará la loza decorada más interesante de la época, ya con una amplia temática propia y una ornamentación efectista y llamativa. Por su parte, Onda se decantará por un estilo basado en la decoración policromada y de inspiración principalmente geométrica.

La azulejería de los siglos XVIII-XIX es uno de los capítulos más brillantes de la industria cerámica valenciana, en el que se alcanzan niveles técnicos y artísticos muy elevados. La producción azulejera, muy extendida por nuestro territorio, utiliza la policromía sobre fondo estannífero liso para presentar gran diversidad de temas populares, cultos y religiosos.

Plato con chinerías

Plato con chinerías

 

Sopera

Sopera

 

Plato de Ribesalbes

Plato de Ribesalbes

 

Plato de Onda

Plato de Onda

 

Plafón de azulejos

Plafón de azulejos